miércoles, 10 de abril de 2013

The worst damn day...

Ella despierta cada día con la misma idea en su mente. Se mete a la ducha, tratando de alargar el único momento que tiene para ella misma, deseando que esos pocos minutos sirvan para deshacer todo el dolor que siente.
Minutos después, escucha a su madre llamándola, por lo que sabe que debe salir y vestirse. Se prepara para volver a salir de su casa, y volver a sentirse perdida entre la gente. Sola y desesperada, ya que nadie en el mundo la entiende.
Siempre la misma rutina, cada día es peor. No encuentra otra salida, sólo quiere dejar de sufrir.
Respetando lo cotidiano, ya aburrida de esto, llegó ese martes a su casa. Cansada de las burlas sobre su físico, su personalidad, sobre lo que ella parece ser frente a los demás. Subió a su habitación, luego de notar que la casa estaba vacía y lo único que logró después de eso, fue sentir que, finalmente, todo el dolor se había esfumado.

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